Dejar de lado el queso rayado, el primer paso para armar un plato de pastas menos calórico.
Cuando se busca un plan para bajar de peso, uno de los primeros impulsos o intentos es abandonar por completo las pastas. La razón es que la idea más instalada pregona que estas son las responsables de los kilos de más y que, al evitarlas, la balanza mostrará el cambio esperado. Sin embargo, hay varias cuestiones que refutan esta teoría.
Unos de los puntos principales son que ninguna de sus versiones desaparecerá de la faz tierra, y que -tarde o temprano- volveremos a incluirlas en nuestro menú. En especial, porque se trata de un alimento muy arraigado en nuestras costumbres y que, para muchos, implica una verdadera una tentación.
Otro punto es que, con las combinaciones y en las cantidades recomendadas, pueden transformarse en un plato beneficioso.
Entonces, la idea será implementar las sugerencias dadas por los nutricionistas y buscar la forma más saludable de implementarlas.
Un tema de cantidad
El tamaño de las porciones siempre es una buena guía. Desde ya, no será lo mismo medir una porción rebalsante que otra reducida y al ras. Por eso, uno de los primeros trucos es servirlas en un plato chico o mediano, y no en el más grande que haya en la casa. La consulta con un profesional también servirá para establecer con exactitud cuál es la medida estándar para los requerimientos de cada persona.
Buenos mix
Otra clave es tener en cuenta que las pastas forman parte de los hidratos de carbono de absorción rápida. Es decir, además de las calorías que aportan, al ingresar al organismo, generan una respuesta rápida de la insulina.
A nivel orgánico, cuando sube inmediatamente la insulina, se fabrica grasa y aumenta el apetito para la próxima comida. Por eso, al ingerir platos abundantes y bien potentes de fideos, ñoquis o ravioles dan ganas de seguir comiendo más o de continuar con algún alimento dulce.
Para contrarrestar este circuito, la clave será acompañarlas con vegetales. Las opciones pueden ser verduras salteadas o crudas. Otra alternativa es acompañarlas con una pequeña porción de hojas verdes o mezcladas en ensaladas.
Los beneficios extra: el plato será menos calórico. brindará más saciedad y se podrá aumentar el volumen de la porción.
Agregados en la mira
Las combinaciones con preparaciones ricas en carbograsas tampoco colabora para su admisión entre los platos saludables y aptos para adelgazar. Las salsas demasiado grasosas y la gruesa capa de queso rayado -que generalmente se trata de variedades hipercalóricas- están siempre en la mira.
La salida a esto es reemplazar estos aditivos por queso crema light, cúrcuma o salsas caseras más livianas, hechas con ingredientes naturales y menos aceite.
Cocción con luz verde
Un truco extra es cocinar las pastas al dente, especialmente los fideos. Esto ayudará a bajar el índice glucémico que, como está explicado en el primer punto, esto contribuye a evitar la compulsión por comer en forma desmedida.
Variedades amigables
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Dr. Marcelo Blank (*)
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