Al hablar de antiácidos nos referimos a los medicamentos que actualmente están aprobados por la Anmat en Argentina y por la FDA en Estados Unidos. Los llamados inhibidores de la bomba de protones (como el omeprazol, pantoprazol, lanzoprazol, rabeprazol, esomeprazol, y otros) son los fármacos más efectivos y utilizados para bloquear la producción de acidez.
Y aunque son seguros, en los últimos tiempos se viene estudiando sus
efectos secundarios cuando se los usa durante mucho tiempo. El último descubrimiento es que parecen estar asociados a un mayor riesgo de
alergias en el futuro.
En algunos casos, a los pacientes se les prescribe un tratamiento que abarca varios meses o incluso años
Esto es lo que alerta un estudio cuyos autores esperan que los hallazgos generen conciencia sobre los efectos secundarios de los inhibidores de la bomba de protones.
Según dicha investigación publicada en la revista
Nature Communications las personas a las que se les recetan este tipo de fármacos tienen el
doble de probabilidades de recibir prescripciones de antialérgicos en los próximos años. También se observó que los riesgos de padecer alergias aumentaron especialmente en
mujeres y en personas
mayores de 60 años.
Para llegar a tales conclusiones, los científicos examinaron datos de los registros de salud de más de
8 millones de personas en Austria, el 97 por ciento de la población, durante un período de cuatro años. "Con anterioridad se hicieron pruebas con ratones, desde indagaciones sobre sus células a
observaciones clínicas, pero esta nueva investigación es la parte que faltaba para tener una imagen completa", dijo la directora del estudio, la profesora Erika Jensen Jarolim, de la Universidad de Medicina de Viena.
La mayoría de los sistemas inmunes sanos toleran las sustancias que se encuentran en los alimentos y el medio ambiente, pero a veces pueden volverse
hipersensibles, y esto es lo que provoca las conocidas
reacciones que llamamos alergias.
¿Cómo ocurre que por tomar un medicamento se desarrollen alergias?
Es así: parte del proceso de
digestión inicial implica que el ácido del estómago
descompone las moléculas de proteína presentes en los alimentos en trozos más pequeños. Si a un paciente con una afección estomacal, por ejemplo una
úlcera gástrica, se le recetan medicamentos para reducir la acidez en el estómago y aliviar los síntomas desagradables, puede ocurrir que además de los efectos beneficiosos, ocurran otros
no tan deseados. Como en estos pacientes las reacciones químicas normales involucradas en la digestión no funcionan tan bien, ocurre que las moléculas de proteínas más grandes y otras sustancias potencialmente dañinas
pasan al intestino. Esto puede desencadenar una respuesta alérgica del
sistema inmune.
Es preciso aclarar que los resultados
no son concluyentes ya que si bien muestran una asociación, no prueban la causalidad en forma definitiva. Todavía se requieren
más investigaciones sobre otras bases de datos con mayor información sobre los pacientes y otros medicamentos que puedan tener prescriptos quienes consumen antiácidos frecuentemente para corroborar que realmente sea riesgoso tomarlos en forma prolongada.
Aun así, la doctora Jensen Jarolim alerta sobre la necesidad de controlar su uso tan extendido en la población. En algunos casos, a los pacientes se les prescribe un tratamiento que abarca
varios meses o incluso años, señaló. "Los médicos no son conscientes del efecto, principalmente debido a las pautas para los tratamientos antiinflamatorios", dijo. Por ejemplo, a la mayoría de los pacientes que ingresan a hospitales en Viena se les recetará este tipo de medicamento. Tenemos que dar un paso atrás de este enfoque profiláctico, recomendó.