Una persona amiga del cambio no es una improvisada porque practica la planificación. Además, suele delegar las tareas que sabe que no puede llevar a cabo y llega siempre puntualmente a todas partes. A días de que termine el 2019 permitite reflexionar al respecto.
Dr. Bernardo Stamateas (*)
Actualmente mucha gente llega a esta época de fin de año con agotamiento en el área física, y también en el área de sus pensamientos y emociones. Algunos, a pesar de las diversas dificultades que experimentan, se toman el tiempo para realizar un balance y meditar en sus logros y, sobre todo, en todo aquello que continúa siendo una materia pendiente (por lo general, para el año que viene).
Pero no es necesario llegar a cierto momento del año para enfocarse en los objetivos que uno aún persigue. Si estamos vivos y disfrutamos de buena salud, aunque haya obstáculos que derribar, siempre habrá oportunidades nuevas en cada área de nuestra vida, llámese familia, trabajo, estudio, amistad, etc. Todos los seres humanos somos creadores en potencia porque venimos a este mundo con recursos internos que no conocen límite alguno.
En esta época tan especial que estamos viviendo, quiero animarte a tener en cuenta estos conceptos que propongo aquí que pueden ser aplicados durante todo el año. Siempre es un buen momento para abrazar un sueño pero esto casi siempre requiere de cambios y, a veces, sin darnos cuenta le tenemos miedo a lo nuevo. Nunca es tarde para cambiar pero el primer paso para arrancar es ser lo suficientemente flexible como para hacer lo necesario para provocar esos cambios.
¿Sos amigo o enemigo del cambio? Tal vez hay algo en tu vida que no funciona como quisieras que funcione. La única solución para eso es provocar un cambio. Muchos se pasan la vida entera quejándose de algo que no les gusta, que les molesta... ¡pero no hacen absolutamente nada para modificarlo! No es posible continuar haciendo lo mismo que sabemos que ya no funciona y esperar obtener resultados distintos.
Desde la psicología se habla de la cultura organizacional. Esta se refiere a la forma particular que cada persona posee de hacer las cosas. Mi forma de funcionar puede no ser igual a la tuya, y viceversa, porque todos adquirimos conocimiento, primero en nuestra familia de origen y después en la sociedad en la que interactuamos con los demás. Podríamos equiparar cultura con hábitos y no resulta tan sencillo modificar un hábito.
Pero saber que todos nacemos con la capacidad de cambiar puede ayudarnos, al menos, a intentarlo. Vos y yo somos capaces de dejar a un lado lo que no nos hace bien, o que ya cumplió su propósito en nuestra vida, para comenzar a hacer lo que nos hace bien y nos permitirá obtener resultados. ¿Cuáles son las características principales de alguien que es amigo de los cambios?
Veamos...
No es un improvisado porque practica la planificación.
Suele delegar las tareas que sabe que no puede llevar a cabo.
Llega siempre puntualmente a todas partes.
En todo lo que hace da lo mejor de sí mismo.
Tiene fortaleza a nivel emocional y no se deja llevar por lo que siente.
Se conoce bien a sí mismo, tanto lo positivo como lo negativo, y se acepta tal como es.
Impacta positivamente a su entorno allí donde esté.
No le temas al cambio, en esta o en cualquier época del año, porque todo lo que existe está en permanente evolución y nada permanece como era ayer. Cambio es sinónimo de vida. Y, para quienes están dispuestos a moverse hasta agotar su potencial, siempre habrá oportunidades a la vuelta de la esquina que vienen a nuestro encuentro. Sean cuales sean tus circunstancias actuales, hacete amigo/a de los cambios y te vas a sorprender. ¡Felices Fiestas!
Si tenés alguna inquietud, podés escribirme a
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(*)Doctor de Psicología. Especialista en autoayuda, liderazgo, motivación y trabajo en equipo.