Para evitar problemas de salud a largo o mediano plazo es fundamental el empleo de protectores solares. En la farmacia, pueden informarte bien sobre cuál podés utilizar.
El sol es beneficioso para la salud. Entre otras cosas, fortalece los huesos y los dientes, favorece la regulación de los ritmos hormonales y del ciclo sueño-vigilia. Sin embargo, también puede ocasionar efectos dañinos como consecuencia de una exposición prolongada y/o en horarios inadecuados, voluntaria o involuntaria. La radiación solar tiene efectos negativos (especialmente en la piel) agudos, desde un simple enrojecimiento hasta una quemadura de mayor intensidad, y crónicos, como envejecimiento prematuro, diversos tipos de cáncer.
Por ello, es importante la protección cutánea, durante todo el año, incluso en los días nublados y en los de poca luminosidad.
Los protectores solares o fotoprotectores son útiles para reducir el daño que ocasiona el sol en la piel. Son productos de uso externo que contienen sustancias que, por mecanismos físicos y/o químicos, actúan como barrera protectora de la piel a las radiaciones solares. Constituyen una defensa de primera línea, siempre que reúnan condiciones necesarias de eficacia, seguridad y calidad.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) es el organismo estatal que se encarga de hacer cumplir estas condiciones.
Existen distintos protectores solares, según la capacidad de protección que ofrecen contra los rayos ultravioletas (UV); esto está determinado por el Factor de Protección Solar (FPS) que poseen. En la selección del FPS se debe tener en cuenta el tipo de piel; para las pieles blancas el FPS debe ser más alto.
Si bien todas las personas deben protegerse del sol, las que requieren más cuidado son aquellas que tienen mayor riesgo de sufrir los efectos negativos de la exposición solar, tales como: los niños, los ancianos, las embarazadas, las personas con alteraciones pigmentarias, las que tienen piel blanca, las que realizan trabajos al aire libre, las que están en tratamiento con medicamentos fotosensibilizantes (fármacos que producen una reacción adversa en la piel con la exposición solar).
A la hora de elegir un fotoprotector hay que tener en cuenta:
A quién estará destinado: niños, adultos.
El fototipo de piel, el cual se determina por las características de la pigmentación de la piel, los ojos, el cabello y la capacidad para adquirir un bronceado. De él depende la sensibilidad de las personas a la radiación UV.
La zona de aplicación: cuerpo, cara, cabeza.
El tipo de piel: normal, seca, grasa, tendencia acneica.
Si se va a utilizar en la práctica de deportes acuáticos o para estar simplemente en el agua. Existen productos con fórmulas resistentes al agua que conservan la fotoprotección después de una inmersión de 40 minutos.
Material revisado y aprobado por el Colegio de Farmacéuticos de Santa Fe, 1era. Circunscripción.
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</NOTAREL TIT>Para tener en cuenta
</NOTAREL TXT>Hay que usar protector solar con un FPS 20 como mínimo, incluso en los días nublados.
Aplicarlo en la piel 30 minutos antes de exponerse al sol, en cantidad generosa, de forma uniforme y sobre la piel seca.
No olvidar colocarse protector solar en las partes sensibles como: zonas calvas de la cabeza, orejas, cuello, nariz, empeines y manos.
Usar protector labial.
Todos los protectores solares, aún los resistentes al agua, deben reaplicarse luego de: dos horas de exposición continua al sol, transpirar en exceso, nadar o salir del agua, secarse con toalla.
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